El Contrabajo (double bass)
Retro-Conexión | Jalisco Radio
El día de hoy haremos un viaje a las profundidades de la música para explorar el mundo sonoro del contrabajo, que efectivamente parece submarino y que puede reproducir frecuencias tan profundas que son apenas perceptibles al oído humano.
El pizzicato
Las cuerdas de los instrumentos de cuerda frotada como el violín, la viola y el cello no son tan blandas como las de las de una guitarra o una mandolina, son más bien cuerdas duras con muy poca elasticidad, por eso es que la sensación es la de pellizcar (pizzicato) la cuerda en lugar de un rasgueo amable como el que podríamos obtener con las cuerdas blandas de una guitarra clásica… y las del contrabajo ¡UF! Esas cuerdas parecen cableado de alta tensión, por eso los contrabajistas tienen dedos de mango de desarmador.
El arco
Ahora vamos a escuchar el sonido del contrabajo pero esta vez con arco en lugar de pizzicato. El arco es esa varita con la que frotamos la cuerda para producir el sonido de nuestros instrumentos, por eso se llaman instrumentos de cuerda frotada y el contrabajo está incluido. El tamaño del arco varía según el instrumento. Los violines usan un arco muy largo, pero muy delgado y ligero, pero el contrabajo necesita un arco más corto y pesado con una cinta de crin de caballo de mayor calibre para tener tracción suficiente para mover ese pedazo de cable de instalación trifásica que usan por cuerdas.
Un instrumento polifacético
Definitivamente el contrabajo es uno de los instrumentos más polifacéticos que existen. Con esa caja de resonancia enorme “¡Parece que están arrastrando un ropero!” gritaba el Maestro Herrera de la Fuente a medio ensayo con la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Ese no había sido el mejor día de la sección de contrabajos, pero ¿te imaginas a lo que suena arrastrar 10 roperotes? Sientes el rugir del averno que viene por ti, o por lo menos te sacas un buen susto porque se siente como temblor 5.6 en escala de Richter.
“Los cellos y contrabajos compartimos muchos de los momentos más bellos y dramáticos de la historia de la música.”
Y hablando de polifacéticos, ahora vamos a escuchar una pieza de Astor Piazzolla, un compositor argentino que era considerado por los músicos clásicos como un vulgar tanguero y como los músicos tanqueros, el asesino del tango, pero ahora, resulta que tango tangueros como clásicos nos morimos por incluir su música en nuestros conciertos.
El descubrimiento
A continuación escucharemos a la contrabajista Sasha Witteveen, ganadora de la International Youth Bass Competition in Lucca, the British Double Bass Competition, the Princess Christina Competition, the Rometsch-Wettbewerb and the Viennese Bass Days Competition. Una contrabajista fenomenal que ha dedicado parte de su carrera a grabar música de autores contemporáneos como esta pieza de Xavier Dubois Foley titulada La Caída de la Gaviota.
El violonchelo y el contrabajo
El contrabajo y el violonchelo (chelo/cello) son los mejores amigos porque tenemos mucho en común. Aunque los contrabajistas son jazzistas rebeldes y los chelistas somos rockeros empedernidos, en las partituras de gran parte de las composiciones para orquesta sinfónica compartimos la misma línea, solo que en el contrabajo suena una octava más grave que los violonchelos. De hecho los cellos y contrabajos compartimos muchos de los momentos más bellos y dramáticos de la historia de la música… y para entender la fortaleza de esta amistad, acompáñame ahora a viajar fuera de este mundo.
Súbete a nuestra nave espacial, muy creativamente denominada “Nave Espacial”, que nos ha patrocinado la empresa Space Mex y agárrate porque vamos a recorrer millones y millones de kilómetros en el espacio exterior.
Música en el espacio
En 1977 la NASA lanzó la sonda espacial Voyager 1. Esta sonda llevaba consigo, entre un montón de instrumentos de medición, un disco de oro que contenía sonidos y música representativa de la civilización humana en el caso de que algún día, por ahí dentro de miles o millones de años en el futuro, cuando se pierda en las profundidades del espacio, tal vez se estrelle en un planeta, y tal vez ese planeta tenga vida, y tal vez esa vida sea inteligente, y tal vez sea una civilización tecnológica capaz de descifrar los mensajes y la música impresa en es disco de oro.
Una de las piezas más importantes en ese disco de oro es un fragmento de la 9a sinfonía de Beethoven. Imagínate vivir en Viena en 1824 y presenciar la primera ejecución en público de la Novena Sinfonía de Ludwig Van Beethoven. Imaginate que la sala está en silencio y que escuchas el canto de los violonchelos y contrabajos en un solemne pianissimo presentar los primeros sonidos de la melodía más conocida del mundo, ese tema ingenuo y puro que se convirtió en embajador del planeta tierra en el universo…
Esta es una producción independiente en colaboración con XEJB Jalisco Radio (Sistema Jalisciense de Radio y Televisión) y fue posible gracias a Barcha, Begoña Lomelí, Lupita Jimenez, y Fabian Pelayo.
Muchas gracias a ti por acompañarme en este viaje por el tiempo y el espacio a bordo de la música y la imaginación.