IANNIS XENAKIS Parte III
En su frenética búsqueda por la innovación y la originalidad el compositor griego Iannis Xenakis descubrió algo más que un nuevo lenguaje musical.
Quiero mandar un saludo especial a toda la gente hermosa que nos escucha desde la bella ciudad de Autlán, Jalisco, y también un saludo muy caluroso hasta Centro y Sudamérica. ¡Muchas gracias por escucharnos desde sus hermosas tierras, que muero por visitar! Por cierto que dentro de pocos días comenzaremos una serie a la que le tengo muchas ganas porque es sobre tango moderno. Ttenemos semanas preparando la historia y las entrevistas con músicos primerísima como la compositora de vanguardia Sonia Possetti, el bandoneonista solista Victor Villena, y el violinista Alejandro Drago, experto en técnicas de interpretación del tango. Conectate a la música y su historia, siguenos en el grupo de facebook de retro conexión o en el website retro-conexion.com.
Era como un mensaje de socorro que un náufrago mete en una botella y después la lanza al mar con la esperanza de que alguien lo encuentre y lo lea para que alguien lo rescate.
El Mensaje en la Botella
Durante los primeros años de su carrera como músico, Iannis Xenaquis batalló muchísimo para que alguien le diera la oportunidad y de que una orquesta tocará su trabajo como compositor. Uno de sus digamos archienemigos era el padre del atonalismo Arnold Schoemberg, lo curioso era que él y sus minions estaban tratando de eliminar la competencia porque ellos mismos estaban batallando igual o peor para tener aceptación ante el público de la época… y creo que hasta la fecha siguen batallando. Tanto Iannis Xenakis como Arnold Schemberg decían que su música era tan difícil de escuchar que era como un mensaje de socorro que mete un náufrago en una botella y después la lanza al mar con la esperanza de que alguien lo encuentre y lo lea para que alguien lo rescate.
Por sus estudios formales en música, Arnold Schoemberg tenía el apoyo de los directores de orquesta y la academia europea, academia que Xenakis trató de evitar a como diera lugar para no tener influencias externas a sus ideas originales. Gracias a la confianza del director de orquesta Hermann Scherchen, su obras comenzaron a ser estrenadas con un recibimiento más bien escandaloso, pero eso a él no le importaba, porque al menos, su música ya estaba a nivel cancha… y dió resultado, porque esa fue su botella de naufrago. 4 años después del estreno de su obra Metástasis, le vinieron con el chisme de que alguien estaba componiendo algo muy parecido a lo que él estaba haciendo, le mencionaron el nombre de un joven polaco Krzysztof Penderecki.
Cuando Xenakis escuchó esta pieza, se trabó en sentimientos encontrados, porque él estaba convencido, desde niño de si quería hacer algo dentro de la música, tenía que ser algo que nunca antes se hubiera hecho, música que no tuviera la influencia de nadie más, y si no era algo completamente original entonces mejor no lo haría. ¿Cómo se atrevía alguien a adueñarse de su música?¿Por qué no hacían algo propio? Pero entonces entendió que si otras personas utilizaban sus ideas, significaba que las necesitaban, que estaban ávidas por crear música con ideas nuevas.
Yuji Takahashi
En 1961 invitaron a Iannis Xenakis a un congreso de música en Tokyo y se enamoró de conocer una cultura radicalmente diferente a la suya, la originalidad de su arte y sus tradiciones, aunque ya en esa época se notaban muy contaminadas por la influencia occidental. Algo que le sorprendió mucho, fue el poco interés que tenían los compositores contemporáneos locales por enaltecer su música, su cultura, lo que los caracteriza, y en vez de eso se dedicaban a componer al estilo europeo. “¡Qué desperdicio!”, pensaba.
Durante esa visita conoció al veinteañero prodigio del piano, Yuji Takahashi. El chavo era simpático, muy inteligente y también muy pobre, pero no le importó porque estaba impresionado con la música de Iannis y le comisionó una obra… con un generoso descuento, claro está… aunque… con todo y descuento tardó como 10 años en pagarle, el pobre morro.
Xenakis odiaba estipo de música electrónica porque decía que el sonido es mucho más complejo que un frío sonido puramente sintético.
Esta es una de esas obras que es necesario verlas para entender la dificultad técnica y rítmica de lo que está sucediendo. Honestamente la primera vez que escuche esa grabación, juré en mi mentecita que obviamente había partes que tenía que ser aleatorias o a voluntad del pianista… pero no, todos los plink plank plunk, pun catapun chin chin que van a escuchar en esta pieza están escritos y colocados en la partitura con una precisión de los mil demonios; para tocar eso hay que ser un metrónomo humano.
Cuando Iannis le enseñó la partitura titulada Herma a sus amigos pianistas le dijeron que estaba loco y que esa pieza debería ser para dos pianistas y aun así tardarían meses en prepararla. Obvio se preocupó y le llamó a Yoji para preguntarle si no se había pasado de lanza, pero Yoji le dijo que la neta si estaba difícil, pero que no era imposible. A los pocos meses, el chavo ya se la había aprendido y de memoria.
Escandalo
Adversidad y más adversidad fue lo que siguió enfrentando Xenakis cada que su música se presentaba en alguna sala de concierto. Desde abucheos hasta Leonar Bernstein declarando antes de un concierto que la verdad lo hacía por compromiso porque esa música a él no le gustaba nada. Una vez, en el Teatro de Los Campos Elíseos en París hubo una trifulca de defensores de Iannis trepando al siguiente piso para agarrarse a trompadas con los que estaban abucheando. ¡Qué elegancia la de Francia!
Descubrió a través de la ciencia y las matemáticas un portal musical para conectarnos con nuestro mundo y con la energía universal que hemos olvidado.
Lejos de rendirse en su búsqueda de originalidad, Iannis Xenakis fue aún más allá y volvió a hacer algo que nunca antes se había hecho. Fue el primero en componer música con la ayuda de un programa de computadora, libre de influencia y tendencias contemporáneas. Se trataba de una computadora patrocinada por IBM que desarrollaba una composición musical basada en variables externas y probabilidades matemáticas.
Si crées que esto ya se puso muy raro… ¡agarrate porque se va a poner todavía más!
Música Electrónica
Durante la década de los 60s había dos corrientes importantes en la música electrónica: música concreta y música basada en el Analisis de Fourier. Joseph Fourier era un matemático francés que en el siglo 19 demostró cómo se pueden descomponer figuras trigonométricas complejas en figuras simples. Esa técnica aplicada a la música significaba que si se podían descomponer señales de audio hasta la forma de onda más simple, también podrían, de manera inversa crear sonidos a partir de una forma de onda elemental como lo es la forma de onda senoidal.
Xenakis odiaba esta música, porque decía que el sonido es mucho más complejo que un frío sonido puramente sintético. Además los compositores como Karlheinz Stockhausen que utilizaban ésta técnica eran también dodecafonistas, sus archienemigos.
En la otra esquina del mundo de la música electrónica de los 60s, estaba la música concreta, que a diferencia de la música electrónica 100%, manipulaban los sonidos que ya existían. Esa es una técnica que ahora conocemos como muestreo o sampleo. Iannis prefería trabajar con sonidos orgánicos que ya existieran, manipularlos y hacerlos suyos.
Un Portal Musical
¿Verdad que si se puso muy raro esto? Aunque… ¿deveras será tan raro? ¿O es que la percepción que los seres humanos comunes tenemos del mundo todavía tiene un largo camino por recorrer?
Esta semana que escuchaba la música para este episodio, no podía dejar de sentirme atraido por a música concreta de Xenakis, por alguna razón me sonaba familiar. ¿Porqué siento que he escuchado esto antes, es tan sombria, tan ansiosa, tan inhóspita… ¡Tan inhóspita! Y que me cae el veinte.
Si tu grado de ñoñez es por lo meno la mitad del mio, esto te va a gustar, porque lo que estamos escuchando ahora ya no es una composición de Iannis Xenakis, es el sonido de Jupiter captado por la sonda Voyager de la NASA. En su búsqueda por hacer algo original, algo que nunca se hubiera hecho antes, algo orgánico, Iannix Xenakis descubrió a través de la ciencia y las matemáticas un portal musical para conectarnos con nuestro mundo y con la energía universal que hemos olvidado.
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