EL FERROCARRIL
Mucha música inspirada en ferrocarriles de autores como Britten, Honegger, Villa-Lobos, y además una charla con la Ing. Milagros Fajardo, diseñadora de instalaciones y unidades ferroviarias.
La semana pasada me pasó algo surreal o más bien creo que el fantasma de Iannis Xenakis me visitó y me jaló las orejas jaja. Estaba trabajando en el website del podcast, revisando la grabación, que la transcripción estuviera correcta, y no podía dejar de pensar en esa obsesión que él tenía por crear algo original, algo que nunca antes se hubiera intentado, y en algún momento pensé “qué exagerado, ni que hubiera llegado a la luna”... Total, se me hacía tarde y necesitaba ir a la librería porque “necesitaba”... si “necesitaba”, porque libros siempre se necesitan… además hacen bonito fondo para conferencias de zoom.
En mi condición de ser humano que vive durante el inicio del siglo XXI perdí por completo la perspectiva de lo que su obra abrió la brecha para muchas formas de expresión que para nosotros en estos tiempos son una normalidad.
Y pues ahí voy, a este lugar que parece tienda departamental pero solamente de libros, libros y libros por todos lados…
Ay ya sé, todos tenemos nuestro talón de Aquiles como consumidores, lo admito. Me la paso recorriendo los pasillos aunque sean las secciones de medicina, maternidad, astrología, porque pues igual algo me gusta y me lo llevo… libros siempre se necesitan. Total que para mí, la sección de fotografía y la de música son obligatorias, pero resulta que están en lados opuestos de la librería, y en ese recorrido, de la sección de arquitectura emergió un libro, la única copia que había en el estante de los que no se venden, un libro titulado “100 años de arquitectura” y en la portada exhibía nada más ni menos que el Pabellón Philips diseñado por el mismísimo Iannis Xenakis.
Entender el Pasado
¡Chale! ¡Antes no me partió un rayo! Tengo tanto tiempo tratando de ubicar a mi audiencia en el contexto histórico de los sucesos que cambiaron el mundo para ponernos en los zapatos de las personas que los provocaron… y aún así se me escapó la importancia de la obra de Xenakis… como para que su trabajo como arquitecto sea la portada de un libro que refleja un siglo de arquitectura moderna. En mi condición de ser humano que vive durante el inicio del siglo XXI perdí por completo la perspectiva de lo que su obra, que abrió la brecha para muchas formas de expresión que para nosotros en estos tiempos son una normalidad.
Obvio me lo llevé y voy a subir una foto a facebook y al website también para que lo busquen en la librería de su preferencia.
Hoy voy a tratar de transportarte a una época todavía más lejana, en la que no existía ser humano más veloz que el que iba montado a caballo, una época en la que salir de la comarca era para exploradores, cruzar la frontera de tu país era solo un sueño, y viajar a la luna era algo inconcebible. Un invento que nació de la necesidad de transportar contenedores de carbón fuera de las minas cambió por completo la perspectiva que tenemos del mundo. Con el ferrocarril, no solo creció la economía, también estimuló el intercambio cultural entre regiones y naciones, y expandió el mundo de la gente común y también alimentó su curiosidad y su imaginación.
Mantente en conexión porque además de mucha música inspirada en el ferrocarril de autores como Britten, Honegger, Villa-Lobos tendremos una charla con la ingeniera internacionalmente reconocida, Milagros Fajardo, diseñadora de instalaciones y unidades ferroviarias.
La Revolución Industrial
Antes de la revolución industrial, todos los productos, de cualquier tipo, eran elaborados en talleres pequeños por un artesano que se hacía cargo de todo el proceso de construcción y normalmente lo vendía dentro de los límites de su comunidad. Cuando se exportaban e importaban bienes eran normalmente para la nobleza o la burguesía que podía pagar el intercambio. Ni los obreros ni los campesinos sabían lo que era poseer telas finas, o mármol proveniente de tierras lejanas.
Durante la revolución industrial, los fabricantes comenzaron a concentrar a sus empleados en mayor cantidad en talleres más grandes, desmenuzaron procesos complejos en muchos procesos muy simples que cualquiera podía aprender; tan simples que hasta con una herramienta la podían hacer. Muchos fabricantes se dieron cuenta de que algunas de esas herramientas podrían ser automatizadas con una máquina de vapor y así haría el trabajo más rápido y más eficientemente. Las máquinas de vapor se hicieron extremadamente populares y así comenzó la etapa más explosiva de la era industrial.
Transporte y Minas
Todavía a principios de los 1800 en pleno apogeo de la revolución industrial, el transporte más veloz del mundo era el caballo y la gente realmente no viajaba más de 10 o 15 kilómetros más allá de su lugar de nacimiento. La mayoría de las personas ni siquiera conocían la ciudad de al lado, por eso los viajeros eran gente rara, gente que ha estado en lugares desconocidos y ha visto cosas. Además, no todo mundo podía mantener un caballo y lo único que quedaba era transportarse a pie.
Para los fabricantes y mineros, la única manera de transportar cargas pesadas era vía canales en botes jalados por caballos que recorrían la orilla del río, pero pues eso era lento lento y dependían mucho del medio ambiente. Dentro de las mismas minas, primero sacaban las piedras y el carbón cargando cestos, después, hicieron carritos y los pusieron sobre rieles para que fuera más fácil empujarlos cuesta arriba pero como ahora estaban muy pesados, comenzaron a utilizar animales de carga para jalarlos, y aún así, se les acumulaba el producto más rápido de lo que lo podían sacar de las minas. Hasta que un día, a un minero en Inglaterra se le ocurrió una idea…
Minero 1: Oiga compa, el otro día acompañe a mi primo a la fábrica en la que trabaja y tienen un titipuchal de maquinas de vapor que empujan cosas moviendo una manivela de un lado a otro.
Minero 2: Aha?
Minero 1: Pues que en la mina tenemos retiarta agua y carbón.
Minero 2: Aaaaaaah y eso qué compa?
Minero 1: Minero 1: Ahh pues que si ponemos la máquina en un carrito y ponemos la manivela a que empuje la rueda, entonces el carrito se va a mover con todo y máquina… y que tal si conectamos los carritos de la mina a la máquina y así los jala todos hasta arriba?
Minero 2: Aaaaaachi. Será?
Minero 1: Pos yo creo que sí ¿no?
Minero 2: Pos a ver.
Minero 1: Pos a ver.
Los rieles para los vagoncitos que tenían en la mina no eran de más de 3 o 4 kilómetros, solo lo suficiente para llevarlos al río para subirlo a alguna embarcación o algún punto de venta cerca de ahí. La idea de una máquina de vapor para jalar los vagones era tan descabellada pero tan brillante que los dueños de la mina decidieron construir una vía de 35 millas. En 1829 se abrió la competencia abierta para ingenieros y diseñadores para construir la primera locomotora que transportaría algodón, carbón y pasajeros entre Manchester y Liverpool.
THE ROCKET
Todas las locomotoras participantes fallaron en la prueba de resistencia, excepto una, THE ROCKET, diseñada y construida por George Stevenson y su hijo. Esto era algo nunca antes visto, una máquina desplazándose más rápido que un caballo llevando una carga y llevando una carga 100 veces más pesada. Había gente tan asustada que pensaban que les iban a estallar los pulmones y se iban a sofocar por la velocidad.
La aparición del ferrocarril cambió todo… y cuando me refiero a todo es todo… La gente estaba tan feliz que querían subirse de paseo cuando se dieron cuenta que no se sofocaban la empresa estaba tan sorprendida que tuvieron que construir vagones extras para transportar a tanta gente y más grandes no se daban a basto. Además se transportaba tanto carbón y tanto algodón que el costo de la energía empezó a bajar Y si baja el costo de la energía bajan los costos de todos los productos y a todos les empezó a ir mejor. Cuando la red ferroviaria en Inglaterra comenzó a crecer el cambio comenzó a ser más evidente había proveedores de materias primas de una región que podían mandar sus materias a otra región el intercambio cultural era mucho más rico entre una región y la otra y porque el costo del pasaje era mucho más era cada vez más bajo la gente tenía la posibilidad de viajar de conocer de despertar su curiosidad y su imaginación.
Este programa es una producción de un servidor en colaboración con Jalisco Radio y es posible gracias a Barcha, Begoña Lomelí y Edgar González.
Musica incidental a cargo de Brianna Tam, Patrick Ussher, Dover Quartet, Ty Simon, Kadir Demir, Yehezkel Raz y la pieza para piano y chelo que escuchaste se llama El Trenecito del Campesino y es una composición del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos y fue una grabación de Andrés Sarre al piano y tu servilleta al chelo.
Un agradecimiento especial a Milagros Fajardo. Para más información entra a www.vsfindustrias.com