LA MALDICIÓN DE LA CORONA BOHEMIA
Durante la Segunda Guerra Mundial, Reinhard Heydrich irrumpió en la bóveda de la corona sagrada de Bohemia, pero una maldición milenaria cayó sobre su cabeza. Una historia verídica de misisticísmo, acción y tragedia.
“Hace mucho mucho tiempo en un lugar llamado Bohemia, reinaba Wenceslao el Bueno. Era un rey bondadoso que amaba la paz, amaba a su gente y siempre trató de mantener al pueblo unido. Pero su hermano Boleslav lo odiaba más que a nadie y un día, fingió entrar en razón y lo invitó a su castillo para hacer las paces, pero cuando Wenceslau se encontraba solo en la noche, Boleslav lo asesinó cruelmente. Se apoderó del trono y sembró discordia y odio entre el pueblo, pero el espíritu de Wenceslau el Bueno prevaleció y recorrió su reino obrando milagros hasta que finalmente el trono del reino fue devuelto.
300 años después, su heredero, el rey Carlos IV mandó hacer la corona más hermosa que jamás se hubiera visto en honor al espíritu de Wenceslao el Bueno. La mandó guardar en una bóveda de seguridad con 7 cerrojos, y sus 7 llaves de oro fueron dadas a los guardianes del reino. Esta bóveda se puede abrir solamente teniendo todas las llaves y solamente el día de la coronación del rey pues la corona está protegida por el espíritu de Wenceslao, patrón de Bohemia, y quien ose usurparla y ponerla sobre su cabeza, caerá violentamente y perecerá durante el primer año de su reinado.
Durante mil años los herederos a la corona honraron el espíritu de Wenceslao el Bueno y reinaron con dignidad para el pueblo Bohemio… Hasta que un día, los 7 cerrojos de la bóveda escondida en la catedral de San Vitus se abrieron inesperadamente. La lujosa corona vio una ranura de luz que poco a poco inundaba su recinto, pero esa luz se convirtió en oscuridad cuando de ella emergió el rostro de Reinard Heydrich, el hombre más temido en la Alemania Nazi después de Hitler. Siempre arrogante y desafiante, Haydrich tomó la corona entre sus manos y la puso sobre su cabeza lleno de soberbia. ‘¡He aquí el nuevo rey de Bohemia!’…”