IANNIS XENAKIS - Parte I
A todos nos gusta la música porque libera y amplifica nuestras emociones, pero hace 100 años nació un niño que decidió hacer música con la que la audiencia no sintiera nada. Unos años más tarde sus ideas revolucionaron el mundo de la composición.
El día de hoy en Jalisco Radio vamos a escuchar la vida y obra de Iannis Xenakis, innovador, filósofo, arquitecto y músico que inició una nueva era en la creación de nuevos lenguajes musicales y formas de expresión. Un tipo pacifico en el exterior, pero que estaba sumergido en un mundo interior de complejidad y violencia a donde quiera que fuera. Mi nombre es Issac Ramírez y esto es Retro-Conexión.
Iannis Xenakis nació el 29 de mayo de 1922 en una época en la que florecía un nuevo lenguaje musical. Sí lo pusiéramos en términos más modernos podríamos decir que estaban haciendo un nuevo sistema operativo musical después de ¿qué? 500 años de haber estado usando el mismo. Este nuevo sistema operativo musical se llamaba dodecafonismo o atonalismo; aunque si escuchas hablar por ahí de serialismo también es prácticamente lo mismo con algunos elementos muy específicos y muy técnicos pero es prácticamente lo mismo.
Toda la música que típicamente escuchas en la radio, en los conciertos, los soundtracks de películas… casi toda… el 99% de esa música es música compuesta con el sistema operativo TONAL. La música tonal es digamos la más natural, es la música en la que sabemos cuándo empezamos cuando terminamos, con la que podemos sentir el contraste entre felicidad y tristeza, la música que no hace sentirnos como en una montaña rusa de emociones pero que siempre sabemos dónde es arriba y dónde es abajo porque podemos ver el piso. Si nos ponemos más técnicos la música atonal es la música que tiene escalas estructuradas y en la que cada acorde tiene una función específica dentro de esa tonalidad.
Ahora sí eran libres de utilizar las 12 notas y sin ninguna restricción de la armonía ni el contrapunto tradicional, por eso llamaron a su sistema operativo DODECAFÓNICO.
Monteverdi, Bach, Beethoven, Rachmaninoff fueron músicos que como todos los anteriores, utilizaron la música tonal para componer, pero músicos como Richard Strauss, Stravinsky y Béla Bartók llevaron al extremo las posibilidades de este sistema operativo tonal. Los compositores austriacos Matthias Hauer y Arnols Shoemberg fueron los primeros en desarrollar un sistema operativo musical en el que no existía una tonalidad, solamente existían notas, y ninguna era más importante que la otra ni ninguna complía una función específica. Ahora sí eran libres de utilizar las 12 notas y sin ninguna restricción de la armonía ni el contrapunto tradicional, por eso llamaron a su sistema operativo DODECAFÓNICO.
Ya sé que es muy complicado y no te preocupes porque la primera vez que a mí me explicaron esto yo me quedé con cara de echeverry quién estás hablando y es por eso que el mismo Schoemberg decía que este tipo de música es como esos mensajes de auxilio que los marineros metían en una botella y la aventaron al mar con la esperanza de que alguien lo leyera.
Y ahora que estoy diciéndo eso me acuerdo de que es la biografía de Xenakis hay un momento en el que dice exactamente eso y me llama la atención porque fueron justamente los fueron los músicos dodecafonismo los que trataron de impedir a toda costa que la música de cena que se diera a conocer. No cabe duda que los bullies no son más que seres igual o más asustados que uno… qué interesante historia… ahí te va lo que pasó…
La mamá y el papá de Iannis Xenakis eran griegos, pero el nació en Braila, Rumania, un pueblo de tan solo 65 mil habitantes pero que era una estación para comerciantes como su papa que importaba y exportaba mercancía entre Ucrania y Grecia, la verdad tenían lana; pero como a muchas familias de inmigrantes les sucede, la cultura madre comienza a diluirse en la nueva tierra hasta que los hijos o los nietos son ajenos por completo a la cultura de los padres y así merito pasó con Iannis que vivió los primeros años de su vida hablando rumano, escuchando cuentos, canciones y aprendiendo las tradiciones rumanas que le enseñaba su mamá, peor a los 5 años de edad, ella falleció dando a luz a su hermanito menor dejando a Iannis bajo el cuidado de un padre seco, poco cariñoso y sin tiempo de atenderlos. Este fue un hecho que destrozó al niño Iannis y fue una cicatriz que definió el rumbo que su música tomaría.
Ya sé que me voy a proyectar pero media tífico mucho con Iannis xenakis por lo que le pasó después y creo que muchas personas se van a sentir identificadas porque eso de esa familia funcional como que ya no está de moda eh, nomás aviso. Hm.
Como su papá no sabía qué hacer con sus hijos los mandó un internado en Grecia y para Iannis fue un shock cultural terrible porque no hablaban y el idioma como no hablaba el idioma sus amigos lo trataban como estúpido y se la pasaban buleandolo… total, el pobre morro pasó su sexto cumpleaños en un infierno emocional y buscó refugio en los libros de Julio Verne y Astronomía, aprendió francés, inglés, y muy pronto y sin darse cuenta, ya era el mejor del salón. Refugiarse en los libros, en el aprendizaje personal despertó en Iannis curiosidad desbordante y comenzó a aprender sobre todo lo que podía, a practicar deportes y música.
“No quiero que alguien siembre en mi una emoción que no es mía. La música no debería escucharse así.”
Esto es todavía la década de los 1920s, estamos hablando de hace 100 años, el fonógrafo todavía era una novedad de tecnología de punta súper trendy hi-tec que solamente los ricos podían tener… pero el director de la escuela era un inglés medio excéntrico que se había traído uno de Inglaterra y organizaba sesiones de fonógrafo con los estudiantes un poco más grandes. Un día, Iannis se hizo la pinta de una clase y estaba tratando de escaparse por los pasillos cuando desde la puerta entreabierta de los de 6o… escuchó algo diferente… Algo que no pensaba que pudiera existir… algo tan intenso que movió sus emociones más profundas y sintió todo su cuerpo estremecer.
“¡NO!¡No!¡No quiero sentir!” Fue lo que pensó Iannis. En primer lugar era por eso que no quería escuchar las canciones Rumanas que le recordaban a su madre, porque lo hacían sentir, y él ya no quería sentir esas emociones fuertes que le recordaban el dolor de haber perdido a su madre. “No quiero que alguien siembre en mi una emoción que no es mía” se seguía diciendo. “La música no debería escucharse así”.
Entonces el joven Iannis se llenó de curiosidad una vez más y comenzó a aprender música tanto como las limitaciones del internado se lo permitían. Tenían un maestro muy malo para enseñar, pero era muy buen pianista y Iannis disfrutaba mucho escuchar el sonido del piano recorriendo los pasillos cuando estudiaba. Mientras él hacía algún experimento científico en el laboratorio, leía sobre matemáticas o leía filosofía griega antigua que absorbió sus pensamientos por largas horas, fue así como descubrió a Dios.
Sucedió durante las vacaciones de verano en la casa de su papá en Rumanía cuando apenas tenía 13 años de edad. Salió a caminar a las orillas del Danubio en una tranquila mañana de verano, admirando la naturaleza y sintiendo la brisa en su cuerpo tuvo una revelación. Ahí supo que Dios existe y que todas las cosas son su obra y que todos somos sus hijos. Maravillado por la divinidad de la creación, corrió a casa para platicarle a su papá. Un tiempo más tarde, se dio cuenta de que NO.
Leyó a Platón se dió cuenta de que Dios no existe y de que si no son los dioses griegos de la antigüedad no hay manera de que pueda haber otro, se convirtió en el más empedernido de los ateos y se concentró en el estudio de la ciencia.
A los 16, Iannis Xenakis se mudó a Atenas y comenzó sus trámites para ingresar al instituto politécnico, digo algo tenía que estudiar, si le gustan las ciencias, la física, y las matemáticas pues el politécnico parece la mejor opción ¿No?...
Aunque la música no dejaba de llamarle la atención decidió mejor no aplicar al conservatorio porque todas esas materias y reglas lo asustaban mucho así que decidió tomar clases particulares de piano y de composición, que era lo que más le interesaba en la música. Quería encontrar la manera de hacer música admirable sin tener que despertar emociones en la audiencia.
La próxima semana vamos a escuchar la historia de la lucha de Iannis Xenakis con la resistencia antifascista durante la segunda guerra mundial en Grecia, cómo quedó mal herido y cómo se escapó para salvar su vida. Además, la batalla en contra de la opresión de los compositores dodecafónicos, su obra como arquitecto y sus conflictos personales.
Este programa es una producción de un servidor en colaboración con Jalisco Radio y fue posible gracias a Barcha, Begoña Lomelí y Edgar González.
Muchas gracias a TI, por acompañarme cada semana en este viaje por el tiempo y el espacio a travez de la música y la imaginación.
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