EL ARTE DEL RUIDO

“¿¡QUÉ ES ESE RUIDO!?”, gritaba la audiencia durante el estreno de La Consagración de la Primavera.

¡El día de hoy en Retro-Conexión, vamos a hacer mucho ruido! Tendremos música de  Kenji Kishi y Cynthia Martinez con el Ensamble Supercluster.

Música y Superstición

Hace unas semanas fui al bosque y me recosté en una roca gigante para ver uno de los cielos más estrellados que haya visto en mi vida. En muy pocas ocasiones tengo la oportunidad de que esté tan despejado que deja ver la Via Láctea claramente, y ahí estaba, majestuosa, cruzando de lado a lado del firmamento. Uno, dos, tres satélites, cuatro aviones y ¡Ah! Una estrella fugaz… ¡Otra! ¿Viste? Uf… 

¿Qué clase de civilización seríamos si la religión no hubiera reprimido el conocimiento científico? ¿Qué clase de civilización seríamos si la religión no hubiera reprimido el arte… la música? La diferencia con la astronomía y la música es que el cielo nadie lo puede tapar… siempre está ahí, para ser admirado y observado; era cuestión de tiempo para que lo que sucedía en el cielo fuera evidente para más y más personas. No se pueden tapar las estrellas con dos dedos. Lamentablemente, en la música no había tal cosa y estaba a merced de las tradiciones y las supersticiones impuestas. 

¿¡QUÉ ES ESE RUIDO!?

Poco a poco, rebeldes y compositores que debieron tener serios problemas con la autoridad comenzaron a desafiar esas restricciones absurdas, pero lo más difícil fue romper con la tradición de cómo escuchaba la población. Los acordes de más de tres sonidos, sonaban novedosos, otros, sonaban tormentosos, deformes, y no agradaban al oído de las personas. “¿¡Qué es ese ruido!?” Gritaba la audiencia durante el estreno de La Consagración de la Primavera. Lo mismo me preguntó mi abuelo cuando llegué con mi primer carcacha sonando AC DC en un estereo monofónico de 15 watts. 

Pero qué es el RUIDO. En un principio, en el planeta Tierra no había RUIDO. Había sonidos. El sonido del viento, el sonido del mar y hasta el sonido del trueno y de los terremotos. Hasta que, a mediados del siglo 18 comenzó una carrera frenética entre científicos e ingenieros por el dominio de cualquier tipo de tecnología e industria, una carrera que vemos día a día, en la televisión, en las redes sociales, y la escuchamos en la radio, en la escuela, en el camión… todos estamos interesados en esa carrera y ¡nos encanta!.

Música Para Tus Oidos

Nada de esto es para hacernos sentir mal. Al contrario, el progreso de la música no depende ahora de la religión ni de las supersticiones, depende de lo que nosotros aceptemos escuchar. La música que escuchamos ahora no hubiera sido posible hace doscientos años. Nadie la hubiera tolerado. Los instrumentos, las técnicas de ejecución, de producción, de composición han evolucionado con la sociedad y también con el RUIDO. El ruido no debería ser descartado como un contaminante solamente porque no podemos negar nuestra conexión emocional directa con muchos ruidos. 

Es música para mis oídos… ¿Apoco no has utilizado esa frase nunca, hablando de alguna máquina? ¿Por qué habríamos de comparar la música con el ruido de una locomotora, o con el de un avión? Porque nos conecta con alguna experiencia intensa, algún recuerdo agradable, o tal vez algo que añoramos. 

Para mí, el ruido de una motocicleta bien calibrada, con aceite nuevo y buena gasolina es como música para mis oídos porque me trae recuerdos de algunos de los momentos más intensos de mi vida.

Los Ruidos del Demonio

Issac en Willowsprings Raceway, California

Dentro de ese casco de fibra de carbón que crea la ilusión de que todo estará bien en caso de accidente, no puedo escuchar a nadie y lo único que veo es a mi hermano tratando de comunicarse a gritos conmigo sin éxito alguno. Yo solo asiento con la cabeza en gesto positivo… solo espero que no me haya aprovechado la situación y me haya pedido pagar la cena.

Ahí voy… Los nervios de la primera vuelta se sienten siempre como salir al escenario y comenzar con una sonata difícil. La sensación de aceleración, de la suspensión trasera expandiéndose y el rugido de los cuatro cilindros del demonio diseñados para soportar explosiones y presiones que te desbaratarían en un instante si algo sale mal.

Los brazos se sienten como gelatina cuando hay que frenar de 200 a 60 km/h a en 100 mts, tratando de controlar la llanta trasera que ya perdió tracción y ya casi está en el aire... ¡Gas, ahora más gas! El viento ensordecedor golpea la cabeza tan fuerte que es difícil mantener la mirada fija en la pista y es imposible ver quien viene casandote.

Pronto comienzas a escuchar otro motor frenando y acelerando justo un instante después de tí creando una disonancia aterradoramente estimulante. Después otro ¡te vienen pisando los talones, pero ya llevas la motocicleta muy acostada… si aceleras más se va a patinar y vas a chocar! ¡Ahí vienen, ahí vienen y te están alcanzando!

Ruidos Musicales

¿Entonces qué es el RUIDO y qué es MÚSICA? ¿Podemos hacer música con ruido? ¿O en su defecto, ruidos musicales?

Luigi Russolo, compositor y pintor - 1916


En 1913, Luigi Russolo, pintor proveniente de una familia de músicos se embarcó en la corriente de la Música Futurista. El partía del principio de que el ruido acompaña cada manifestación de nuestra vida. La música por el contrario, nos acompaña solo cuando lo deseamos o cuando es posible y es predecible y métrica. El ruido está siempre ahí, siendo el soundtrack permanente de nuestra vida, siempre irregular, impredecible y dándonos sorpresas a diario. 

Si aprendemos a escuchar el ruido, quizá aprendamos algo sobre nosotros o de lo que nos rodea. Si nos abrimos a escuchar ruidos diferentes, tal vez descubramos mundos diferentes para nuestros oidos, así como sabores nuevos para el paladar…

El Arte del Ruido

El intonarumori (entonador de ruidos) fue ideado por el mismo Luigi Russolo para demostrar o experimentar más bien con una orquesta de ruidos. Son una especie de bafles de bocina, grandes, con un pabellón como el de los fonógrafos como amplificador de sonido. Ahí metían matracas, resortes, cintas magnéticas, y todo lo que pudiera hacer algún ruido decentemente controlable. 

El ruido posiblemente sea la respuesta para seguir desarrollando nuevos estilos musicales. En un mundo en el que podemos escuchar Beethoven y Bach cientos de veces y en el que los compositores parecen haber agotado todos los recursos que la música ofrece, los ruidos de las nuevas máquinas y tecnologías ofrecen una gama muy amplia de sonidos que domesticar que además están conectados a nosotros como individuos y como sociedad porque los vivimos y los escuchamos todos los días. 

Hace más de 100 años que Luigi Rossolo invento el intonarumori y escribió el manifesto de la música futurista El Arte del Ruido, pero los experimentos con ruido comenzaron algunas décadas antes que eso… y de manera poco discreta. En 1882 Tchaikovsky utilizó  los ruidos más estruendosos que se podían conseguir en esa época: campanas de iglesia y cañones de guerra. Eso sí que es ruido, pero es ruido emocionante, ruido que nos evoca triunfo y orgullo, es por eso que hasta ahora no he escuchado a nadie quejarse del ruido al final de la Overtura 1812.


ENSAMBLE SUPECLUSTER

Ensamble Supercluster es un quinteto de cuerda formado en 2015 en Guadalajara, México. La agrupación difunde música de cámara de los siglos XX y XXI, música mexicana e improvisación. El ensamble colabora en proyectos interdisciplinarios y realiza presentaciones en espacios o formatos no convencionales para su género. En 2019 presentaron su primera producción discográfica “Música para trazar un mapa”.

Kenji Kishi

El contrabajista y compositor, trabaja con diferentes estilos y géneros musicales, así como con el cruce de diferentes disciplinas artísticas. Ganador del Ariel a la Mejor Música Original de la Academia Mexicana de Artes Cinematográficas por la película Los Lobos; además, fue nominado a mejor música por la Academia Mexicana de Artes Cinematográficas por su trabajo en Somos Mari Pepa. Fue seleccionado para asistir a la Berlinale Talents del 2020.

Cynthia Martínez, compositora

Miembro de Ensamble Supercluster, grupo de música de cámara contemporánea.

Música Para Trazar un Mapa

Este disco nace de la colaboración con compositores y compositoras a lo largo de dos años. Con Música para trazar un mapa proponemos un viaje sonoro que comienza con la frecuencia de resonancia de la tierra (R.S. 7.8 de Kenji Kishi), pasa por distintos trenes de latinoamérica (Plan de vías de Abraham Calva), recorre el paisaje de la colonia del Fresno en Guadalajara (Imágenes distorsionadas de Valeria Jonard), contempla a través de una ventana (Marcos de Cynthia Martínez), se sumerge en la arquitectura de Luis Barragán (Líneas intangibles de Kenji Kishi), vislumbra el cúmulo de galaxias al que pertenece la tierra (Laniakea de Héctor González) y como extra, baila al ritmo de un son jarocho (Si los suspiros volaran como vuela el pensamiento de Kenji Kishi). Escucha el album en Spotify.


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